viernes, 15 de julio de 2011

The Horrors - Primary Colours (2009)

Escribo esta entrada a la vez que escucho el tercer disco de "The Horrors". A bote pronto me parece muy bueno, muy inspirado y bastante continuista en el concepto musical del anterior, pero dudo que pueda ser tan perfecto.

Muchos críticos y aficionados aceptan la hipótesis de que "The Horrors" aparecieron como una banda-producto para adolescentes "emo-deprimidos". Una banda más preocupada por parecerse a "The Cure" en el estilismo de su vestimenta y sus frondosas melenas, que en lo que se refiere a lo puramente artístico y musical. ¿Resumen del primer disco...? Quizá sólo se recuerde por el inquietante videoclip de "Sheena is a parasite" dirigido por Chris Cunningham. En mi opinión, se puede sacar algo más "She is a new thing", "Count in fives", "Jack the ripper"...



No hay nada como que te den un ultimátum para que te pongas las pilas y la música que llevas dentro se ponga a fluir, y de ahí la maravilla de segundo disco "Primary Colours". Sin que nadie se enfade conmigo, como "enólogo" de discos aprecio "aromas" que me recuerdan a Joy Division, Jesus & Mary Chain, The Cure... lo que no es de extrañar cuando produce Geoff Barrow de Portishead (reverencia y beso el suelo).



No sé si es mejor escuchar el disco por el principio y quedarse con ganas de más cuando acaba esa creación superlativa de 8 minutos que es "Sea Within a sea", o por el contrario, empezar por el final, cargarse de ilusión y disfrutar con ganas el resto del disco que es brutalmente bueno: "Who can say" (se la sueltas a tu ex-novia y te quedas "nuevo"), "Scarlet Fields" (el Roland que siempre me parece que tarda en entrar y te rasca el cerebro hasta sangrar), "I can't control myself" (guitarra a lo Poison Ivy), "I only think of you" (esto es muy Joy Division nos guste o no)...

Disco del año 2009 para la revista NME.

Resumiendo: Cuando escucho este disco creo que Dios existe, pero no siempre.

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miércoles, 25 de mayo de 2011

Aphex Twin - Selected Ambient Works 85-92 (1992)


El fin de semana pasado tuve la ocasión de disfrutar en Sevilla del festival Territorios 2011. Problemas aparte (cola para entradas, pulsera, fichas, barra, baños...), el sitio es fantástico aunque se vuelve un poco ratonera en el momento en el que decides cambiar de escenario.

El primer día (viernes) una vez ví el concierto completo de "The New Raemon" (sobresaliente), miré la agenda y ví que quedaban por salir "Too many dj's"... y pensé "para echar el rato no está mal". Pero menudo sorpresón me llevé cuando no tuve más remedio que "fliparlo" canción tras canción, y tras algo más de hora y media, sentí que me quedaba con ganas de más.

Una vez acabado el festival estuve reflexionando sobre mi desconfianza innata hacia la música electrónica (a mi siempre me ha gustado más una guitarra distorsionada que a un tonto un lápiz), y seguramente me habré perdido muy buenos discos por esta razón.

Aunque si tengo algunos entre mis favoritos a los que suelo recurrir muy de vez en cuando: "Dig Your Own Hole" (1997), "Faking the books" (2004), "Third" (2008), "Rounds" (2003), "†" (2007)... cada uno con su particular estilo.


Sin embargo esta vez mi recomendación es "Selected Ambient Works 85-92" (1992) de Aphex Twin, sólo el arranque con "Xtal" ya merece pagar lo que vale el disco. Después no hay ni un desperdicio, "Tha", "Ageispolis", "Heliosphan", "Hedphelym"...

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miércoles, 2 de febrero de 2011

Nacho Vegas - El manifiesto desastre (2008)


Acabar un concierto llorando debe ser algo poco agradable para el intérprete, pero por otro lado debe ser un espéctaculo soberbio para el asistente, que entenderá que el artista se ha dejado algo más que sudor y garganta en el escenario. Dicha escena ocurrió el pasado Agosto cuando Nacho Vegas tocaba "El Ángel Simón" en el Auditorio Villa de Salobreña, como siempre no me enteré...

Habitualmente un idólatra como yo mataría por poder ser uno de sus idolatrados al menos por un día (mejor, una semana), pero en este caso no lo veo claro. Y para decir esto me remito a los hechos consumados como en su libro (http://www.limbostarr.com/nv-libro.html): violento, áspero, vomitivo a veces, pero honrado y sincero como no he leído nunca.

Pero de donde puedo sacar más conclusiones para no querer ser ni por un día Nacho, es de sus discos. Cuando te has sentado con tiempo a leer las letras, escuchar la entonación de ciertas frases, supongo que la mayoría de ellas salidas de días de resaca, drogas en abundancia y sobre todo de infinitas torturas sentimentales... decides que no, que lo mejor es verle en concierto todas las veces que puedas, y ya es un esfuerzo. Es un esfuerzo porque es jodido que vayas a disfrutar de un concierto y tengas la sensación de que, evidentemente no todas, muchas canciones las ha escrito pensando en ti, que el asturiano ha estado espiándote con un "palantir" y ha basado la letra en una situación personal tuya, para recordarte ciertas cosas cada vez que te atrevas a poner sus discos, y meterte el dedo en la llaga.


Su discografía en solitario es tremenda, Actos inexplicables (2001), Cajas de música difíciles de parar (2003), Desaparezca aquí (2005) y con el que yo me enganché, El manifiesto desastre (2008), del cual me gustan especialmente "Dry Martini, S.A.", "Crujidos", "El tercer día" y "Morir o matar".

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